Su mujer se quedó embarazada de mellizos, y a él le daba “cosa” hacerlo por si les pasaba algo a los mellizos, y en vez de decírselo a su mujer cada día se inventaba una escusa nueva para no hacerlo. Le decía que estaba cansado del trabajo, o que le dolía la cabeza. Al final se lo tuvo que decir, y ella le llevó al ginecólogo para que este le dijese que no pasaba nada si lo hacían estando ella embarazada.