Montse iba a Barcelona a ver a su hermana un día en el autobús, y justo se le sentó un hombre a su lado con una gabardina. Le empezó a decir cosas, pero Montse no le hacía ni caso, cuando salió del autobús vio como de repente le adelantaba, así que se le puso delante y se abrió la gabardina, Montse echo a correr por toda la Gran vía asustada sin saber si quiera donde ir. Se metió un susto de muerte.