Marina tenía el coche aparcado en una plaza en la que había una chatarrería muy antigua. Hacía mucho que no cogía el coche, así que se encontró con una de las ruedas pinchadas. Se fue al capó a coger la rueda de repuesto, y cual fue su sorpresa que también estaba pinchada, y al sacarla del huevo, se encontró con una rata gigante. Echó a correr con el carrito de la compra, y todos sus vecinos que la vieron le preguntaron que qué le pasaba, cuando se lo contó, fueron todos a verla, al abrir el capo salio corriendo…