Rafael de 8 años está hasta la mismísima coronilla de que su madre siempre cocine verduras y pescado y se queja sin problema.. aunque claro, él quiere que su madre cocine para él lo que le guste, para su padre lo que a su padre le guste y para ella lo mismo y su madre con razón cocina lo que le da la gana y que cada uno dedica si come o no… ¡¡más razón que un santo la señora!!