El Sonido Caño Roto emergió en el Madrid de mediados de los años 70 como una revolución flamenca nacida en un barrio humilde y se convirtió en una voz poderosa de identidad cultural. Su origen se remonta al emblemático disco El sonido Caño Roto (1975) del grupo Los Chorbos, una apuesta audaz que fusionaba rumba y fandango con elementos de rock, soul y funk, con arreglos de órgano Hammond y guitarras eléctricas.
A este sonido premonitorio lo precedieron e inspiraron proyectos como Las Grecas con su Gipsy Rock, y le dieron continuidad figuras como El Luis, que mezcló flamenco con soul, o Manzanita, con su obra Poco ruido y mucho duende, que consolidó el estilo. Este movimiento artístico no solo transformó el flamenco madrileño, sino que también ejerció un poderoso influjo en artistas posteriores como Enrique Morente y grupos como Ketama, así como en la escena popular con ramificaciones en Los Chichos o Los Chunguitos.
Lo más valioso del Sonido Caño Roto es, antes que nada, su dimensión de expresión cultural y social, reflejo de una comunidad gitana periférica que logró cantar su realidad en música, dotando de orgullo, profundidad y narrativa emocional a un arte que emergía desde los márgenes.
Hoy, esta herencia continúa viva gracias a la labor de asociaciones culturales y ciclos como los que acoge el Teatro Flamenco Madrid o la Asociación Cultural Sonido Caño Roto, donde artistas de la saga de los Maya, Losada o Jiménez mantienen encendido este legado. Una forma de tender puentes entre pasado y presente, donde Madrid reconoce a un sonido que nació en los márgenes pero que ya forma parte esencial de su memoria musical.
Radiolé, cuenta con artistas influenciados por este rico legado, raíces flamencas que se abren al eclecticismo y hablan al oyente con autenticidad, duende y ritmo propio.
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