Negro Jari y La Cebolla visitaron este sábado ‘¡Olé mi Gente!’, a pesar de los contratiempos que sufrieron horas antes: no encontraron ‘canguro’ que cuidase de su bebé de 7 meses, y además, perdieron el tren que les iba a traer a Madrid. Negro Jari lo tenía claro: no podía faltar a la cita con Sergi Adell para presentar su nuevo álbum ‘Historia de nuestro amor’.
Así de inquieta estaba La Cebolla el día antes de su llegada a Radiolé.
Un pasado lleno de sombras
La vida del Negro Jari y La Cebolla ha discurrido hasta hace 4 años en Las Tres Mil Viviendas, en Sevilla. Ella viene de una familia gitana. Él, de una de inmigrantes. A simple vista, una relación casi imposible. Pero la pareja ha luchado contra los prejuicios que tiene gran parte de la sociedad, y ha conseguido demostrar que el amor todo lo puede. La pareja ha roto esquemas y estereotipos, primero con las letras de sus canciones, y después con su relación de amor…
Lo cierto es que cantan enamorados, y nos enamoran con sus temas y con su forma de ser, porque en las distancias cortas nos encontramos con dos personas sencillas, humildes y generosas.
La Cebolla: “Mi madre se dio cuenta de lo nuestro y se opuso”
Negro Jari y La Cebolla primero fueron compañeros de trabajo y amigos. Fue él la primera persona que creyó en ella como cantante y quien hizo posible te tocase lo más alto, con su canción ‘Habibi’, ella tenía por aquel entonces, 14 años. Y todos en casa lo adoraban, hasta que la madre de Natalia descubrió, porque era evidente, que entre ellos había algo más que amistad.
La Cebolla: “Tuve que huir de casa porque temía por mi vida”
Un relato desgarrador. Hay culturas a las que les cuesta mucho evolucionar. La gitana sigue manteniendo inamovibles muchas de sus tradiciones. La diferencia de raza, color y edad entre La Cebolla y Negro Jari , les impedía estar juntos. La decisión fue dolorosa, pero necesaria, para que ellos dos pudieran seguir con su relación de amor: escaparse.
Así fue el momento en el que La Cebolla tuvo que huir de casa con lo puesto y algo de dinero.
Negro Jari: “Mi infancia fue muy dura, y cometí errores que me llevaron a un reformatorio”
Negro Jari no ha tenido una vida fácil. Sus padres se separaron, y su hermano y él fueron acogidos por varias familias, porque a su madre le quitaron la custodia. Tenía siete años cuando la recuperó, tras conseguir una vivienda social.
A los once, descubrió la música y grabó su primera maqueta, que fue, para él, una válvula de escape… Pero la difícil situación económica que vivían y las malas compañías, le llevaron a hacer cosas al margen de la legalidad, por las que fue ingresado en un reformatorio.
‘Historia de nuestro amor‘
Más que un disco, el nuevo trabajo de Negro Jari y La Cebolla parece un serie de televisión, un culebrón, en el que encontramos resumidos sus 4 años de relación, de sufrimiento y lucha, y de amor de verdad. Cuando empiezas a escuchar la primera canción, no puedes parar y necesitas escucharlas todas, como si de una serie de televisión se tratara.
Aquí te dejamos el videoclip de ‘Fronteras Cruzar’, en el que cantan: “casarse sin amar, no es casamiento, es sometimiento”.
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