Hoy en Café Olé, hemos recordado a una de las figuras más importantes de la música española de todos los tiempos. Un 16 de mayo de 1995, La Faraona dejaba huérfano a un país entero. Tres décadas después y ya convertida en icono, Lola Flores sigue estando en nuestra discoteca y en nuestros corazones.
Además de dejarnos muchas de las canciones esenciales para nuestra memoria colectiva, Lola nos dejó en herencia algunas de las mejores frases célebres que hemos escuchado nunca. Aquel «Si cada español diera una peseta…» o los gritos en la Iglesia de la Encarnación de Marbella para que la boda de su hija Lolita pudiera celebrarse («¡Si me queréis, irse!») son ya historia de España.
Lola Flores fue una de las primeras genias del marketing. Puede que aquel «Ni canta ni baila, pero no se la pierdan», que supuestamente fue publicado en The New York Times, fuese una estupenda invención de María Dolores Flores Ruiz, que siempre tuvo clarísimo que, fuera como fuera, llegaría a ser «la Lola de España, señores».
La Faraona no solo fue grande por su arte. Su partida, además de dejar un vacío en el corazón de cada español y española, provocó una gran tristeza en el alma de sus tres mejores creaciones: sus hijos.
Ayer, la mayor de sus herederos publicaba algunas fotos de la Flores en Instagram, dejándole un emotivo mensaje. Está claro que tanto Lolita como Rosario Flores siguen teniendo a su madre en el recuerdo y, por supuesto, en su música.
Su único hijo varón, Antonio Flores, murió dos semanas después que su madre. Es muy probable que ahora mismo estén juntos en «La casa en el aire», cantando juntos.
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